El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron
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Gaston Rébuffat

martes, 7 de enero de 2014

De héroes y, mejor, modelos



Tengo muy claro que no he leído un libro sobre montaña, ni sobre deporte en general, sino que Kilian Jornet escribe filosofía. El cómo llega a las conclusiones es a través de su actividad alpinística o competitiva, pero podemos llegar a las mismas conclusiones con otra actividad cualquiera que, al menos, te invite a la introspección. Yo tengo conclusiones muy parecidas en ciertos aspectos con las suyas, y no soy un animal de campo, sino un esclavo tecnológico que necesita cemento y ruido y bullicio, pero que a menudo escapa hacia el monte porque es "una casa de campo". No tengo claro que pudiera vivir su vida a su manera, pues creo que soy un animal algo más social, pero sí es alguien de quien puedo aprender a vivir mejor y más feliz. La discusión que mantiene sobre la ética, sobre la felicidad, la soledad, el tiempo y la motivación para seguir adelante. No habla sobre una cima, sino sobre lo que le pasa interiormente de camino a ella. Lo que encuentra, lo que deja, lo que ansía y lo que teme. Mucha gente le idolatra por sus logros deportivos. seguro que le escriben, quieren fotos, autógrafos e incluso su propio material sudado por ese chico. Si tuviera la posibilidad de compartir refugio -porque en el camino prefiero no encontrarlo, ya que me pasaría como un F18- y tuviera a bien charlar conmigo, creo que no le preguntaría nada sobre sus victorias, ni patrocinadores, ni éxito comercial. Me gustaría saber cómo se educa uno mentalmente para superar los miedos que invaden a los que vamos a la montaña para así poder progresar en la técnica y logros. Querría saber cómo se da ese pasito al frente y se decide dejar de panificar y soñar para materializar. Físicamente es un superhéroe, un extraterrestre. Pero lo interesante no es eso. Un poco de genética por allí y un mucho de entrenamiento por allá y puedes ser parecido. Lo que hace que ese chico sea diferente y especial es la motivación, la capacidad de sufrimiento y cómo la torna en placer. Si en algo envidio a Kilian es en su infinito sentido del disfrute y la valentía para no mirar atrás y sí lanzarse a por lo que ama -en todos los aspectos-. Los héroes no deben existir más que en los cómics, los libros y las películas. En la realidad, existe la gente que marca un camino para que tú hagas el tuyo. Existe la inspiración. No debes vivir la vida de otra persona, ni repetir sus actos. Debes aprender de la gente que admiras para crear tu propia línea espacio-temporal. La personalidad se forja con lo que absorbes de los que son mejores que tú: los padres, amigos, hermanos, familia variada y los personajes de cierto dominio público que escoges como modelo. Los libros de Kilian -o de Miquel Silvestre- me ayudan a ver que es un tipo normal por fuera y extraordinaria por dentro. Y yo, quiero ser así. No quiero ganar nada, ni salir en las noticias. No quiero que Salomon -o BMW- me patrocine. Quiero ser valiente para enfrentarme a los miedos que me hacen devorar libros y subir solamente a cuatromiles facilitos. Quiero creer que puedo aprender y que aunque no tenga la constitución física de un alpinista al uso, puedo hacer cosas emocionantes -para mí-. Soy un tipo tan corriente como ellos, con los mismos sueños que ellos. Respiramos el mismo aire y dormimos bajo el mismo cielo estrellado. Sólo falta el "click" que haga que mi camino sea tan emocionante para mí como el suyo para ellos. Gracias Kilian por hacerme creer que yo también puedo ser mejor.

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