El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron
.

Gaston Rébuffat

martes, 24 de mayo de 2011

Quizá se acabó el alpinismo...


http://desnivel.com/expediciones/rescate-en-el-lhotse-habra-que-reflexionar-sobre-este-alpinismo-al-limite


Así de duro suena, pero tras comprobar los últimos delirios de grandeza de nuestros antaño alpinistas, uno no sabe qué pensar. En un país en el que hay tanta cantidad, al final tiene que bajar la calidad. No puede ser de otra manera.
Alpinismo, aventura, riesgo, desafío, innovación...eran términos comunes, que ya no tienen nada que ver. El Everest es un circo, el Lhotse también. Así casi cada gran montaña. En breve van a cambiar la definición de montaña, de hecho, vendrá Hugh Grant en persona. Ahora, o tienes 8mil metros, o eres una colinucha de na.
No importa que se ascienda con 15 sherpas por persona, con tienda de camapaña con calefacción, oxígeno por arrobas, cuerdas fijas hasta la cumbre...sólo falta el chiringuito de Mahou en la cumbre!! Creo que alguno de estos que ahora se llaman alpinistas, barajará poner un bar en la cima del Everest.
Acualmente, el alpinismo se reduce a batir récords, sea como sea. No se valora la hazaña porque está casi todo hecho. El caso es ser el más viejo, o el más cojo, o el más moreno, o el más alto o el más tonto en subir. No quedan casi expediciones que merezcan tal calificativo. Antaño, cuando Carlos Soria participó en la primera a un 8mil española, las cosas eran de otra manera. El viaje en sí era una incógnita. Era aventura pura y dura. Unos hombres, una montaña. Frente a frente. O ganas tú, o ganamos nosotros.
Ahora hay gente que, apoyados por las instituciones, arriesgan la vida del resto, pues la suya poco importa realmente. Pero aquellos que se juegan el pellejo por sacarles de una muerte segura, montaña tras montaña...quedan en un tercer plano. Una planificación, para ciertos "expedicionarios" españoles consiste en subir la montaña. Bajar...bueno, ya veremos cómo coño bajamos, pero subir, por mis cojones que subo...Eso deben pensar algunos. Casualmente los que pueden pagarse un helicóptero cada vez que sus fuerzas les abandonan a 7000 m de altura. O que tienen congelaciones, o que se pierden sistemáticamente. ¿Cómo un tío que ha subido 23 8miles, falla en la planificación de una ascensión y llega tan tarde a la cima que en la bajada está a punto de morir 13 veces?

Y así 8mil tras 8 mil. ¿Cuántos llevan realmente Pauner y Oiarzábal? Divide por la mitad, porque mientras no pisen por sus propios medios el Campo Base, la montaña no está hecha. Hasta entonces, sigues perteneciéndole. Si en las últimas 3 expediciones han tenido que rescatarte...¿no crees que es el momento de dedicarte a jugar al mus con los amigos?

Mientras haya gente que vea a estas personas como héroes, seguirán encontrando dinero para hacer el ridículo ante el mundo. Pero claro, están seguros allá arriba, porque siempre encuentran un Horia, un Benegas, un Steck que lo deje todo para ir por ellos. Y ahora que Simone Moro tiene helicóptero...aún más.

¿Cuántos de nuestros afamados y comerciales héroes, arriesgarían su vida por el que llevan atado a la cintura? ¿Cuántos se cambiarían de valle y abandonarían su proyecto por intentar rescatar a un amigo en peligro? Sólo 3 o 4 personas en el mundo harían eso, y, lamentablemente, no son españoles. Aunque siempre tengan que rescatar a los "nuestros".

Por contra, los que realmente son alpinistas, no aparecen más que en comentarios de columna lateral, eso si tienen suerte. Ánimo a gente inmensa como Carlos Soria, Egocheaga, Iñurrategi y compañía. EnEspaña tenemos tanto, que incluso algunos son buenos.

Yo sé quiénes son los míos, tengan el pasaporte que tengan. Incluso la heroicidad está devaluda, tiempos aciagos...

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Interesante comunicado de prensa, te gustarán las declaraciones del final:
    http://www.barrabes.com/revista/noticias/2-7048/comunicado-prensa-aceptado-todas-expediciones.html

    Impresionante la actuación del equipo de Patagonian Brothers, lo que no ha sido óbice para que su líder Benegas haga esas duras aunque ciertas declaraciones al final de toda la historia.
    Es verdad que en los medios lo único que podemos ver ya son los últimos récords, siempre buscando una nueva superación, en la mayoría de las ocasiones sin sentido, hasta superar el propio límite de lo absurdo. Yo pensaba que el gobierno de Nepal había limitado las edades mínima y máxima de ascensión, pero parece ser que no, ahí va un ejemplo de lo que hablamos:
    http://www.elconfidencial.com/deportes/alpinismo-jordan-romero-escala-everest-trece-anos-20100522.html

    Por "suerte" nosotros no estamos a ese nivel ni lo estaremos nunca. Podemos disfrutar de nuestras pequeñas hazañas, aunque las pueda conseguir "cualquiera", es la propia superación, ganarnos a nosotros mismos lo que nos mueve, lo que nos resulta gratificante de ir a la montaña, cada día un paso más lejos, un metro más arriba... Eso no nos lo puede quitar nadie, y no es necesario el reconocimiento público, cada uno sabe lo que le ha costado la ascensión, la magnitud de sus propios logros, y el espíritu con el que lo realiza.

    El alpinismo moderno está sufriendo la evolución de todos los deportes en los que entra en juego el dinero, que todo lo corrompe. Los rallies ya no son aventuras, sino despliegues de medios mecánicos impresionantes con costes desorbitados financiados por empresas del sector, los equipos de fútbol hace mucho que dejaron de representar su ciudad de origen y el alpinismo se convertirá en quién es capaz de batir algún record insulso y obtener así financiación para ello, cuando todo lo que había por subir ya ha sido subido, lo que había por explorar ha sido explorado y lo que había por descubrir ha sido descubierto.

    La montaña la tendremos que vivir dentro de nosotros mismos, y no a través de estas nuevas hazañas que tienen más de locura de lo que parece razonable. Los grandes logros y las aventuras a lo desconocido las leeremos en las crónicas de las antiguas ascensiones, mientras nosotros batimos cada día nuestro propio record

    ResponderEliminar